1 agosto, 2019

La importancia de las revisiones ginecológicas

Las revisiones ginecológicas sirven para detectar el cáncer de cérvix, de ahí su importancia. Este chequeo no es necesario en la infancia, pero sí a partir de la adolescencia, ya que es el periodo en el que surgen los primeros caracteres sexuales, la primera regla y en algunos casos las primeras relaciones.

Es aconsejable comenzar las revisiones ginecológicas continuadas cuando se empiezan a mantener estas primeras relaciones. En el caso de que la revisión determine que todo es correcto, sobre todo que muestre que la citología es negativa para las células malignas, la siguiente revisión puede posponerse hasta el año o los dos años siguientes. Aunque en el caso de que ocurra algún problema, alguna molestia o la paciente decida realizar un cambio en sus hábitos, como puede ser tomar anticonceptivos, es necesario visitar de nuevo al ginecólogo. Una relación continuada con nuestro ginecólogo se traducirá en un mayor control de nuestra salud.

La primera visita al ginecólogo

Las niñas pequeñas rara vez precisan la visita al ginecólogo. Sin embargo, pueden producirse ciertas situaciones en las que es necesario que acudan.

Las consultas que más frecuentemente atendemos los ginecólogos en la infancia son:

Infecciones:

La mayoría de las veces las infecciones por las que se realiza la primera visita al ginecólogo se producen por una higiene incorrecta. Antes de que las niñas lleguen a la pubertad los labios menores están poco desarrollados, por lo que no protegen bien del todo a la vulva y a la vagina de los agentes externos que pueden agredir a esta región. Al no haber tenido la regla (pubertad) no tienen el nivel de estrógenos en sangre para que el aparato genital funcione de la manera correcta.

De algún modo, se podría decir que los genitales externos, sobre todo la vulva, tienen un ligero aspecto atrófico. En otras ocasiones, estas infecciones vaginales se producen por un cuerpo extraño, aunque esto es menos frecuente.

Coalescencia de los labios:

Es otro de los trastornos más habituales que les ocurren a las niñas y que pueden propiciar la primera visita al ginecólogo. Se trata de una fusión anormal de los labios menores. La adherencia puede ser parcial o completa. En el caso de que sea completa, puede producir dificultades en la micción. Esta alteración es consecuencia también de la falta de hormonas sexuales en esta etapa del crecimiento y se resuelve en el momento en que comienza la secreción hormonal, en la pubertad.

Pubertad precoz:

Otra patología que podemos encontrar en la consulta de ginecología infantil consiste en la aparición de forma prematura de los caracteres sexuales secundarios. Estos son: desarrollo mamario, aceleración del crecimiento, aparece el vello púbico, o axilar, aparece la primera regla o menarquia. Si esto le ocurre a una niña, debemos realizar un estudio muy exhaustivo porque es preciso establecer un diagnóstico exacto para poner un tratamiento correcto y evitar una de las consecuencias de la pubertad precoz como es la talla baja.

Sangrados anómalos antes de la primera regla, sospecha de que haya un tumor ginecológico, en estos casos también hace falta una visita médica.

En cualquiera de los casos, bien sea el pediatra o bien sea el ginecólogo, el modo de exploración debe ser el mismo. La niña irá acompañada de sus padres (uno o los dos). En todo momento, hay que intentar que la niña esté tranquila y que colabore. Explicaremos con palabras sencillas lo que vamos haciendo. Realizaremos una exploración visual y en caso de tener que manipular los genitales lo haremos con cuidado.

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